Las carteras de comunicación, ya sea desde el marketing, la comunicación interna o la comunicación corporativa, han sido por muchas décadas un área de presencia mayoritariamente de mujeres. Con el paso del tiempo, se ha equilibrado, pero el liderazgo femenino es indiscutible.
Hemos construido historias de mujeres que han llegado a cargos de decisión, de logros en esferas puntuales y una agenda de cambio, donde el poder tiene que ser un bien compartido. Pero ¿vamos en el camino correcto? ¿qué tan lejos hemos llegado?
El estudio Who Makes the News? 6th Media Monitoring Project realizado por Global Media Monitoring Project presentado hace unos días, nos arroja datos que podrían poner fin a nuestra luna de miel discursiva: la agenda aún está pendiente tanto en términos de número, como en contenidos.
Según el estudio, a nivel mundial, 24 por ciento de las menciones de actores en radio, prensa y televisión para temas económicos son mujeres; el porcentaje es de 22 por ciento para voceras y 24 por ciento para expertas.
¿Esto es de esperarse?
Podríamos decir que sí, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, los cargos gerenciales y directivos ocupados por mujeres ha tenido un crecimiento desigual, en función del país: hay economías con una participación superior al 41%, mientras que todavía hay naciones con menos del 10%.
En México, tiene diferentes ángulos. De acuerdo con el monitoreo #MujerEnLaEconomía realizada por el #IMCO a empresas listadas en la BMV y BIVA, 14% de las direcciones de área o vicepresidencias y 1.3% de las direcciones generales están a cargo de mujeres. Entonces, podríamos pensar que es obvio que la presencia mediática sea también limitada.
O, podríamos romper estereotipos y decir que no. Hay una agenda de mujeres que ha permeado en medios de comunicación para hablar de logros individuales, de problemáticas de género y de políticas de equidad, diversidad e inclusión en las empresas, pero aún hay agendas sobre las que vale la pena discutir: presencia en espacios directivos por sectores -aquí según el estudio de Deloitte Mujeres Ejecutivas 2020, la participación femenina se concentra en áreas como RRHH y Finanzas y Contabilidad, mientras que en TI es casi inexistente-, tamaños de empresas -a mayor tamaño menos mujeres en puestos directivos, según la OIT-, o mujeres de sectores vulnerables, son solo unas de ellas.
Ponernos a discutir que es primero, el huevo o la gallina, el cargo o la presencia en medios, seguramente nos dejará estancados ¿por qué no desarrollar un modelo de equidad dirigido a la presencia pública de nuestras empresas? ¿no debería incluirse en los trabajos de diversidad e inclusión?
La respuesta es compleja, pero como responsables de la imagen y los modelos públicos para las futuras generaciones, es necesario que iniciemos el camino, si queremos acelerar el rumbo. ¿Estás listo?
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